puedo invitarlo a bajar, si quiere
cenar en mi restaurante puedo elegir no servirle, si Ottavis quiere
presenciar la comunión de su hijo, como cura párroco puedo desde el
altar invitarlo a retirarse pues los maltratadores y ladrones no
cumplen con los mandamientos de Dios, como directora de un colegio puedo
invitar al corrupto y maltratador a retirarse del acto patrio ya que
este ejerce todas las acciones contrarias a las que nuestros próceres
profesaban y así sucesivamente.
Si fuésemos coherentes con los valores
que en nuestros discursos profesamos cada uno solo pero respaldado por
el otro en su acción solitaria, podría ser el gestor del gran cambio.
Para eso hay que perder el miedo y decidir llevar los discursos a la
acción . Si dos mujeres en total soledad pudimos decir la verdad y
sobrevivir a pesar de todo, ustedes también pueden contribuir, no solo
con nuestras luchas sino con un país mejor para que las generaciones
futuras hereden.
Laura Muñoz.
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